BEIRUT, Líbano.- En medio de una creciente confrontación regional, se cumplió un año de los ataques de la milicia islamista palestina Hamas contra Israel, y el inicio de la guerra en la Franja de Gaza.

El lunes 7 de octubre, mientras se realizaban conmemoraciones por las víctimas del conflicto, Hamas y su aliado libanés Hezbollah lanzaban nuevos misiles contra Israel. El Ejército israelí, mientras tanto, arreciaba sus bombardeos en Líbano y en el enclave palestino, donde ya hay cerca de 42.000 muertos gazatíes en medio del conflicto.

Israel incrementó sus combates contra el grupo libanés Hezbollah, pero también con los hutíes de Yemen y las milicias proiraníes de Irak y Siria, a lo que se suma el repunte de tensiones con Irán, la otra gran potencia de Medio Oriente.

Entre los temores por una escalada regional, la pregunta es: ¿hasta dónde? Y, llegado el caso ¿cómo sería una guerra regional a gran escala en el Medio Oriente? ¿Sería una guerra aérea, marítima o terrestre? ¿Se involucrará Estados Unidos, el aliado más fuerte de Israel, en esta guerra?

El equilibrio roto

Un año después de los ataques terroristas de Hamas contra Israel, toda la región de Medio Oriente -que incluye además a la Cisjordania ocupada y a Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano y Omán- se ha visto atrapado en un ciclo imparable de violencia y una escalada de enfrentamientos.

Durante años, el conflicto entre Israel e Irán se mantuvo en un equilibrio incómodo en el Medio Oriente. Ninguno de los dos quería una guerra abierta, así que ambos mantuvieron ciertos límites.

Los acontecimientos de las últimas semanas -incluyendo los ataques de Israel contra el representante de Irán en Líbano, Hezbollah, y la lluvia de misiles balísticos que Irán lanzó contra Israel el martes por la noche- cambiaron ese equilibrio e hicieron obsoletas las reglas que lo habían mantenido.

A un año del ataque de Hamas, la comunidad judía realizará un acto en la Casa Histórica

Los expertos en política internacional tratan ahora de evaluar si Israel e Irán alcanzarán un nuevo equilibrio, o si la nueva y peligrosa mezcla de incertidumbre y agresión llevará a Medio Oriente a una guerra total. Y, en ese caso, cómo será esa confrontación.

El ataque de represalia de Israel en respuesta al ataque iraní con misiles de hace una semana contra Tel Aviv parece dar la razón a los que temen un conflicto abierto. Algunos, como el primer ministro Benjamin Netanyahu, insisten en que Irán debe pagar por el ataque a territorio israelí.

Y la República Islámica, principal aliada de Hamas, es un régimen teocrático musulmán que ha desarrollado tecnología nuclear.

Israel tiene la capacidad para lanzar ataques aéreos de largo alcance contra las instalaciones nucleares más vulnerables de Irán, diseminadas por este vasto país.

EN SIRIA. Un ataque aéreo israelí se abatió sobre el barrio de Mazzeh, en el sur de Damasco.

Los israelíes tienen que atacar muchas instalaciones; hasta el momento, se ha descubierto la existencia de al menos 21 instalaciones atómicas en Irán, incluidas las de Natanz, Fardu, Arak y Parchin, que necesitarían docenas de aviones de combate para este ataque aéreo. Por lo tanto, Israel debería adquirir flotas aéreas para el ataque, en las que también estuvieran presentes aviones de combate especializados, como el F-35, y aviones especiales de guerra electrónica.

Países de la región, Turquía y Azerbaiyán, anticiparon que no concederán ningún permiso para volar este número de cazas sobre su espacio aéreo. En ese caso, la fuerza aérea israelí podría enfrentar un ataque defensivo desde territorio sirio e iraquí.

Israel bombardeó a Hamas en Gaza y a Hezbollah en Líbano, a un año del ataque

Las defensas aéreas S-300 de Rusia y los cazas MiG-29 y F-14 de Irán, si bien no son una herramienta formidable contra el poder aéreo israelí, dificultan cualquier ataque.

Todas son pérdidas

Un eventual ataque aéreo israelí encontraría una muy dura respuesta de Irán, como anunciaron los principales funcionarios del país islámico. Eso abre la posibilidad cierta de que Hezbollah comience a lanzar misiles tierra-tierra contra territorio israelí.

Los expertos estiman que es probable que, a estas alturas, un tercio del arsenal de 130.000 efectivos de Hezbollah se haya perdido o consumido a causa de los ataques israelíes y de sus disparos contra el país.

Según un grupo de expertos militares, si sólo la mitad de los misiles restantes se dispararan en oleadas sucesivas contra Tel Aviv, Haifa, las instalaciones militares, las instalaciones del Mossad y los centros políticos en Tel Aviv y Jerusalén, las pérdidas y bajas civiles podrían ser significativas, incluso con las fuertes defensas aéreas de Israel.

Además, es probable que, tras el ataque de Israel contra Irán, Hamas ejecute a los rehenes restantes del ataque del 7 de octubre, que aún mantiene en su poder.

Todo ello hace crecer la probabilidad de ataques terroristas y suicidas contra judíos en el territorio de Israel y otros países. Los hutíes de Yemen también podrían contribuir a los ataques en territorio israelí o contra las flotas comerciales del Mar Rojo y las instalaciones petroleras de los países de la región.

Es casi seguro que los Estados Unidos entrarán en una guerra sin cuartel entre Israel e Irán. Los israelíes quieren un apoyo sustancial para el combate: el más alto nivel de inteligencia con aviones y satélites de reconocimiento, apoyo en los ciberataques, municiones avanzadas y repostaje aéreo.